viernes, 4 de diciembre de 2015

Lady Macbeth sin Macbeth

 

Una gran decepción me he llevado viendo y escuchando el doble DVD del Macbeth de Verdi que acaba de editar Deutsche Grammophon. Sobre el papel, tenía buena pinta. Pero esta versión, filmada en el Met el 11 de octubre de 2014, tiene serios inconvenientes, empezando por una escena (cuyo responsable, Adrian Noble, ha sido cuidadosamente ocultado en la portada) fea, absurda, rancia (con patéticos visos de modernidad: algunos vestidos, los cananas repletas de balas, fusiles, un jeep...) y con numerosos efectos especiales bastante infantiles (por no decir algo peor): las apariciones de Banco ensangrentado al final del acto II y al principio del III son penosas; las brujas no dejan de hacer el payaso... En fin, parece mentira lo que le cuesta al Met sacudirse la costra, y eso que Nueva York es una de las ciudades más progresistas de Estados Unidos. Otro grave defecto es el protagonista, un Zeljko Lucic en lamentable estado vocal -la emisión muy abierta- y con una línea de canto muy precaria. De la propia batuta esperaba mucho más: no sé a qué se debe que varios de los maestros italianos que fueron excelentes verdianos en sus comienzos vayan dejando de serlo con el tiempo. Fabio Luisi, con momentos de garra dramática y otros endebles o rutinarios, parece poco convencido de lo que hace; el coro y la orquesta no suelen estar muy finos (que Dios me perdone: para mí rara vez lo están en esa casa).

Esa falta de convicción se aprecia también en los cantantes, que actúan mal y aparentan creerse bien poco sus personajes. La que mejor parada sale en este aspecto es justo quien mejor canta, una Anna Netrebko (aquí absurdamente teñida de rubia) que ya posee la voz idónea para la endemoniada parte de Lady Macbeth, sin haber perdido su privilegiado esmalte: ¿quién habría dicho hace diez años que podría abordar con tal solvencia la Leonora de Il trovatore o Lady Macbeth? Solo emborrona un poco la coloratura en la última frase de la terrible cabaletta del acto I ("Or tutti sorgete"); impecable, en cambio en "Si colmi il calice" y soberbio el agudo en piano al final de "Una macchia è qui tuttora". El breve papel de Banco está magníficamente servido por Pape -hermoso, pastoso caudal, admirable legato- y solo correctamente el de Macduff por Joseph Calleja, que no se libra de un vibrato algo desagradable.

Los subtítulos están también, menos mal, en castellano... o algo parecido, pues no son precisamente ideales: unos a otros se llaman a veces de usted. Para colmo, el DVD posee un sonido mediano y una imagen bastante borrosa, lo que es a estas alturas tan frecuente como inadmisible, sobre todo en publicaciones de Universal. Seguramente el Blu-ray esté mucho mejor (suele ocurrir), pero es rarísimo que lo envíen para crítica. Es decir, que seguimos sin un Macbeth en imágenes como se merece esta estupenda ópera (aunque no carente de altibajos, como es bien sabido). Seguiremos conformándonos con el DVD del mismo sello (Nucci, Verrett/Chailly), notable película -no representación- de Claude d'Anna (1987).

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