jueves, 29 de enero de 2015

Richard Strauss: discografía de sus principales obras orquestales (I)

 
*grabación en vídeo
 

Así habló Zaratustra
1951 Decca Krauss/OFilViena 32’45 7,5/5
1958 DG Böhm/OFilBerlín 34’56 9/6
1959 Decca Karajan/OFilViena 33’25 8/6
1962 RCA Reiner/OSinfChicago 34’04 6,5/7
1968 Decca Mehta/OFilLosAngeles 33’02 7,5/8
1971 EMI Kempe/StaatskapelleDresden 33’00 7,5/7
1971 Sony Bernstein/OFilNuevaYork 38’05 8,5/7
1974 Philips Haitink/OConcertgebouw 34’08 8,5/8
1974 DG Karajan/OFilBerlín 35’05 8/8
1976 Decca Solti/OSinfChicago 30’51 8/8
1980 EMI Ormandy/OFiladelfia 33’15 9/8
1983 DG Maazel/OFilViena 33’54 10/9,5
1983 DG Karajan/OFilBerlín 35'54 8/8,5
*1983-87 Sony Karajan/OFilBerlín 35'45 8/7
1999 RCA Maazel/OSinfRBávara 34’36 9,5/9
1999 DG Boulez/OSinfChicago 33’26 8,5/9
2013 DG Dudamel/OFilBerlín 35’05 9/9
2014 Orfeo Nelsons/OSinfCBirmingham 31’50 8,5/8
*2013 C Major Nelsons/OConcertgebouw 32'50 9,5/9
 
Don Juan
1929 DG Strauss/StaatskapelleBerlin 15’36 6/4
1938 Teldec Mengelberg/OConcertgebouw 16’20 6/5
1942 DG Furtwängler/OFilBerlín 17'14 9/6
1951 Decca Krauss/OFilViena 15’43 7/6
1952 EMI Karajan/OPhilharmonia 17’35 7,5/6,5
1954 EMI Furtwängler/OFilViena 18’47 9/6
1955 RCA Reiner/OSinfChicago 16’01 7,5/7
1958 DG Böhm/StaatskapelleDresden 17’06 8,5/6,5
1961 EMI Klemperer/OPhilharmonia 17’03 9/7
1963 DG Böhm/OFilBerlín 17’37 9,5/7,5
1964 Decca Maazel/OFilViena 16’48 7,5/7
1966 Sony Bernstein/OFilNuevaYork 16’55 8/6,5
1968 Testament Klemperer/OFilViena 17’48 9/7
*1970 EuroArts Böhm/OFilViena 16'26 9,5/6
1971 EMI Kempe/StaatskapelleDresden 16’06 7/7,5
1973 DG Karajan/OFilBerlín 18’06 9/8
1974 Philips Haitink/OConcertgebouw 16’30 8/8
1976 Decca Solti/OSinfChicago 17’29 10/8,5
1980 EMI Previn/OFilViena 17’10 8/8
1980 Sony Maazel/OCleveland 16’24 8/8
1983 DG Karajan/OFilBerlín 18'15 8,5/8,5
1983 DG Abbado/OSinfLondres 16’26 6/7
1990 Philips Muti/OFilBerlín 18’35 8/8,5
1991 Erato Barenboim/OSinfChicago 17’20 9/8
1991 Telarc Previn/OFilViena 17’57 8/8,5
1992 Decca Dohnányi/OFilViena 18’01 8,5/9
1992 DG Sinopoli/StaatskapelleDresden 19’03 10/10
1999 RCA Maazel/OSinfRBávara 17’33 9,5/9
2013 DG Dudamel/OFilBerlín 18’39 8,5/9
2014 Orfeo Nelsons/OSinfCBirmingham 18’01 9/8,5
 
Don Quijote
1933 DG Strauss/StaatskapelleBerlin/Enrico Mainardi 37’32 6/5
1948 EMI Beecham/ORoyalPhilharmonic/Tortelier 39’40 6/6
1953 Decca Krauss/OFilViena/Fournier 41’56 8/6,5
1960 RCA Reiner/OSinfChicago/Antonio Janigro 43’02 8,5/8
1968 Decca Maazel/OFilViena/Emanuel Brabec 41’43 8/8
1974 EMI Kempe/StaatskapelleDresden/Tortelier 41’00 10/8
1974 Decca Mehta/OFilLosAngeles/Kurt Reher 41’50 7/8
1976 EMI Karajan/OFilBerlín/Rostropovich 43’59 10/8,5
1987 DG Karajan/OFilBerlín/António Meneses 42’38 9,5/9,5
*1987 Sony Karajan/OFilBerlín/António Meneses 42'30 9,5/7,5
1991 Erato Barenboim/OSinfChicago/John Sharp 43’36 9/8
1991 Telarc Previn/OFilViena/Franz Bartolomey 41’17 8/8,5
2004 Sony Luisi/StaatskapelleDresden/Jan Vogler 40’45 9/9,5
 

Macbeth
1973 EMI Kempe/StaatskapelleDresden 19’36 8,5/7
1983 Decca Dorati/OSinfDetroit 19’40 8/9
1984 DG Maazel/OFilViena 18'54 9/9,5
1999 RCA Maazel/OSinfRBávara 19’53 8/9
*2014 C Major Nelsons/OConcertgebouw 20'40 10/9
 
R. STRAUSS: Metamorfosis
1947 DG Furwängler/OFilBerlín  22'58 9/4

1962 EMI Klemperer/OPhilharmonia 28’04 9,5/7,5
1968 EMI Barbirolli/ONewPhilharmonia 27’13 9,5/8
1971 DG Karajan/OFilBerlín 27'32 8/8
1973 EMI Kempe/StaatskapelleDresden 25’08 7/7
1983 DG Karajan/OFilBerlín 26'08 8,5/8,5
*1983-87 Sony Karajan/OFilBerlín 25'47 8,5/8
1987 Philips Previn/OFilViena 27’00 9/9,5
1996 Philips Holliger/OCámEuropa 30’48 10/9
2007 Sony Luisi/StaatskapelleDresden 26'45 9/9
























































































viernes, 23 de enero de 2015

La extraña “evolución” de Riccardo Chailly

 

“La Bohème” y la Novena Sinfonía de Mahler

Acaban de caer en mis manos dos nuevas grabaciones en blu-ray dirigidas por Chailly: La Bohème de Puccini (Palau de les Arts Reina Sofía, Unitel/Accentus 2013) y la Novena Sinfonía de Mahler (Gewandhaus, Accentus 2014). Dos obras que el director milanés nacido en 1953 ya había registrado (en audio) con anterioridad: en 1999 (La Scala, Decca) y 2004 (Concertgebouw, Decca), respectivamente. Resulta muy curioso el ejercicio de compararlas.

Aquella grabación de la ópera de Puccini merecía la pena mayormente justo por la dirección, puesto que el reparto vocal, notable en conjunto (Gheorghiu, Alagna, Keenlyside, Scano, D'Arcangelo), no podía sin embargo competir con el de las versiones más reputadas. La batuta de Chailly era sencillamente modélica y sí podía codearse con lo mejor que nos proporcionaban esas versiones (desde Beecham a Pappano, pasando por Karajan, Solti y Nagano). Además, obtenía una respuesta sobresaliente de la no siempre extraordinaria Orquesta del teatro milanés.

Si escuchamos ahora la versión filmada recientemente en Valencia, comprobamos que la dirección sigue siendo magnífica, ciertamente de nuevo lo mejor de la versión: el lirismo es intenso sin asomo de sentimentalismo y el desbrozamiento de la soberbia partitura orquestal, completo y diáfano. Además, la Orquesta de la Comunidad Valenciana no tiene que envidiar a la de La Scala. Y en cuanto a los cantantes, el equipo es notable, sin grandes maravillas: Gal James, Aquiles Machado, Massimo Cavalletti (Marcello: acaso el más destacado), Carmen Romeu, Mattia Oliveri (Schaunard) y Gianluca Buratto (Colline). Francamente bien el Coro de la Generalitat Valenciana y algo gritones los niños. La escena, a cargo de Davide Livermore, es tradicional, con bonitas proyecciones de pinturas; el Acto II resulta, como es frecuente, algo recargado, y al principio del IV los chicos hacen el ganso un poco más de la cuenta. Comparando las duraciones obtenemos 100' en la versión milanesa y 103' en la valenciana: duraciones estándar en ambos casos.

La Novena de Mahler de Decca es acaso la cumbre del sensacional ciclo que Chailly grabó en audio para Decca; las críticas fueron, al parecer, unánimes en sus elogios, y todo el mundo la alineaba junto a Klemperer, a Giulini, a Karajan a Bernstein o a Haitink. O sea, nada menos que uno de los grandes discos Mahler de la historia. Era -es- una ejecución portentosa, una realización de una perfección asombrosa y una interpretación de una alta y controlada temperatura.

Pues bien, la nueva grabación de Leipzig ha perdido de forma rotunda aquella excelencia (y le ha ocurrido lo mismo al menos en las nuevas Segunda, Sexta u Octava comparadas con las anteriores), quedándose en una buena versión más en lo que se refiere a los movimientos extremos -que han perdido también sinceridad, credibilidad-, y en realizaciones difícilmente defendibles de los dos centrales... a causa del mal que más frecuentemente aqueja a Chailly en los últimos años, concretamente desde que recaló en Leipzig tras dejar Amsterdam: la velocidad. Tanto el Ländler como el Rondo-Burleske están expuesto a un tempo insensatamente rápido, que llega a poner en serios apuros a la estupenda orquesta: tempi que, gustos aparte, son realmente muy poco lógicos, diría incluso que antinaturales. Comparémoslos:

2004: 30'29", 16'55", 14'01", 28'24". Total: 90'09"

2014: 25'50", 13'35", 12'20", 25'13". Total: 76'58" (13'11" menos).

¿Se trata del mismo director? No estoy seguro... ¿Qué le ha pasado a este hombre? Sigue siendo grande en ciertos repertorios, y ha venido ostensiblemente a menos en otros.

miércoles, 21 de enero de 2015

Dos conciertos de Ibermúsica en tres días

 

Barenboim ahonda su sintonía con la música francesa

El concierto (extraordinario: fuera de abono) de la West-Eastern Divan Orchestra para Ibermúsica tuvo lugar el sábado 17 de enero a las 22,30: no son horas. Y menos aún con la prueba a la que Barenboim sometió al auditorio: tras un sensual y envolvente Preludio a la siesta de un fauno de Debussy, maravillosamente evocado y cantado (admirables intervenciones del flauta Guy Eshed y de la oboe Cristina Gómez Godoy), la composición de Pierre Boulez Dérive II, para 11 solistas, cuya calidad parece incuestionable, es harto difícil de digerir, máxime teniendo en cuenta su duración de ¡53 minutos! Sin embargo, puede que la labor de Barenboim en esta difícil obra fuera lo más meritorio de la noche: tras haberme escuchado varias veces la grabación del propio Boulez (44') y la interpretación que Barenboim había hecho en los Proms de 2012 (49'), creo que la labor del argentino ha llegado a un grado de explicación de la obra y de creatividad inimaginables (otra vez más queda patente que el autor no tiene por qué ser su mejor intérprete, incluso siendo, como es el caso, un enorme director). Si bien todos los solistas tuvieron una actuación de gran mérito, diría que la de la solista de viola fue especialmente destacada. (Aprovecho para señalar que algún crítico musical [¿?] no ha perdido oportunidad para hacer gala y ostentación de su ignorancia pura y dura con desdeñosos comentarios sobre esta extraordinaria composición).

 

(El “anónimo” timbalero tocó la primera caja en el Bolero)

La segunda parte se dedicó al "Ravel español": una Rapsodia henchida de perfumes y sugerencias, una Alborada del gracioso jugosa, incisiva, resplandeciente de colores, con una sección central no poco lúgubre (estupenda la fagot solista, quien sin embargo tocaría demasiado fuerte su solo del Bolero). La Pavana para una infanta difunta, sin excesos ni aspavientos, resultó bella, hondamente sentida, muy emocionante e interiorizada (mención para el trompa). Y el Bolero: la primera grabación de Barenboim (Orchestre de Paris, DG 1982) sigue siendo una de las pocas grandes, mientras la de Chicago (Erato 92) supuso una cierta decepción. Ahora ha sido más discutible que aquella parisina, pero más interesante y personal: el crescendo, desde un inicio imperceptible, no fue rectilíneo, sino que (a pesar de algunos escalones) lanzó llamaradas de pasión y electricidad, que llegaron a enardecer (como el aumento pogresivo de dinámica cuando finalizaba el solo trombón: espléndido solista, por cierto). El resultado fue fascinante y puso al público en pie, pese a los inevitables roces (ninguno llamativo) de los solistas, entre los que destacaron los ya citados, el trompeta y, sobre todo, el sensacional intérprete de la caja, que logró una impresionante regularidad y un pulso indesmayable. Es el Bolero más sobresaliente que he escuchado en directo (¡y recuerdo a Karajan/Berlín, Celibidache/RTVE y el desgraciado de Maazel/Filarmónica de Viena...!) Pese a los insistentes aplausos, no hubo propina (¡el reloj marcaba la una y cinco!).

La Orquesta Hallé sin Barbirolli

Interesante y extraño el programa que la Orquesta Hallé de Manchester, con su director titular, Sir Mark Elder, tocó tres días después, el martes 20: la Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis de Vaughan Williams (acaso su composición más bella) fue, con mucho acierto, precedida por el breve coro a capella al que pertenece su tema (idea que ya se les podría haber ocurrido en alguna de sus grabaciones...). La etérea versión de Elder resultó hermosa, pero podría haber sido también algo más emotiva. Las cuerdas de la Hallé sonaron muy bien, aunque la viola solista dejó entrever alguna carencia. El Himno de Jesús (1917) de Gustav Holst es una composición singularísima por su atrevimiento rítmico, sus superposiciones a tempi diferentes... procedimientos que no se espera uno mucho en el autor de Los Planetas. El Coro de Radio Televisión Española, con una parte fuera de escena como pide expresamente la partitura, tuvo una loable actuación, si bien algunas notas altas resultaron un tanto estridentes. La (complicada )concertación lograda por Elder fue impecable.

Quizá estuvo de más, al comienzo de la segunda parte, la inclusión de la Obertura Trágica de Brahms, pese a que su interpretación fue rigurosa, irreprochable, incluso sobresaliente. Pero la Quinta Sinfonía de Sibelius habría sido suficiente para llenar la segunda mitad del programa. Sibelius por la Orquesta Hallé es un arma de doble filo, pues su tantos años director titular (1943-1970) Sir John Barbirolli ha sido acaso el más genial intérprete del compositor finlandés del que hay memoria, y ahí está su grabación del ciclo sinfónico y otras obras orquestales para dar fe de ello. De alguna manera el recuerdo de Barbirolli estaba presente el otro día, y es evidente que Elder conoce muy bien esas interpretaciones y que le han dejado una adecuada huella; pero, naturalmente, no es capaz de hacerlas olvidar. Su Quinta fue más que notable por su color, su lenguaje y su conocimiento del estilo, pero quizá se tomó algunas innecesarias libertades en el tempo. La Orquesta, sin ser como antes casi una igual de las mejores de Londres, conserva una rica sonoridad en la cuerda, y algo desigual en el resto. Con una sala ya muy mermada sobre todo en el patio de butacas, y más aún tras los aplausos a la Sinfonía (¡qué pena da, cuando hace años era imposible encontrar entradas para Ibermúsica!), el primer contrabajista, Roberto Carrillo, anunció el Vals triste, que, pese a ser quizá rubateado en exceso, fue tan bello como expresivo.

lunes, 12 de enero de 2015

Andreas Schager: ¿esperanza de un gran tenor wagneriano?

 

El sábado 10 visitó el Auditorio Nacional, de la mano de Ibermúsica, la Orquesta Sinfónica de Bamberg dirigida por su titular, Jonathan Nott. Para mí lo más interesante del concierto fue escuchar en vivo al intérprete de Siegmund en el Acto I de La Walkiria, el tenor austríaco Andreas Schager (de unos cuarenta años, calculo), al que había escuchado en una grabación (pirata, de mala calidad) en el Acto II de Tristán y me había dejado muy impresionado. Unos meses antes, en julio de 2013, había recibido críticas ditirámbicas por su Siegfried del Götterdämmerung en los Proms de Londres dirigido por Barenboim, siendo saludado como una magnífica promesa.

Pues bien, de entrada hay que decir que Siegmund, de escritura muy baritonal, no es quizá el papel que de momento le vaya mejor, pues su voz es restallante, sobre todo en la mitad superior de la tesitura, con un squillo asombroso, como hace mucho yo no escuchaba a ningún otro tenor que cantase Wagner (o sea, al menos desde Peter Seiffert). La voz de Schager es bella y potente y su materia prima de gran calidad; su técnica parece sobresaliente y canta con una entrega y vehemencia tremendas, arriesgándose mucho (no dudo que, haciéndolo así, suelte alguna vez un que otro gallo. Anteayer no hubo ninguno). Es decir, que si no le pasa nada, podremos tener a un Parsifal, un Tannhäuser, un Sigfrido y un Tristán de primera clase (creo que ni Walther ni Lohengrin le convienen ya). Crucemos los dedos, pues ya sabemos lo que ha pasado en los últimos tiempos con casi todas las grandes promesas en este terreno: han durado uno o dos telediarios... Pero tengo la sensación de que este hombre es especial, pues parece que su voz es resistente y que posee una formación técnica por encima de lo normal. Veremos. ¡Esperemos!

En el Acto de Die Walküre que se pudo escuchar los otros dos cantantes fueron la soprano Michaela Kaune, algo más lírica de lo debido y quizá ya no en su mejor momento, aunque destacó por su musicalidad, y el joven bajo ruso Mikhail Petrenko, dotado de una voz grande e impactante y de una capacidad para manejarla sorprendente: seguro que le aguarda un gran futuro. Aun así, pese a su poderío, creo que no logró meter miedo en papel tan fiero (culpa, quizá, en parte del director, que me da la impresión de que dirigió poco a los solistas). Lo digo teniendo en mente a Frick, a Salminen, a Hölle o a Tomlinson. Sí, Nott fue un director más bien indiferente, aunque no dejó de ofrecer frases bellas y hasta emotivas, sobre todo gracias a la espléndida cuerda, muy germánica, de la orquesta. Su viento no alcanza, sin embargo, en general (salvemos los espléndidos clarinetes) un alto grado de depuración. Y uno de los dos timbaleros es bastante bruto y descontrolado. Nott hizo una introducción (la tormenta) muy cuadriculada, y en el accelerando conclusivo no sujetó bien las riendas.

La primera parte del concierto había sido un error: puso en manos de los jóvenes primeros atriles de violín (Bart Vandebogaerde) y cello (Ulrich Witteler) el muy comprometido Concierto triple de Beethoven, para el que distan de estar preparados. Sí lo estuvo el pianista, el también joven pero muy talentoso, musical y hasta creativo David Kadouch, que aportó otro nivel (pero en vano, pues ni siquiera estaban muy conjuntados, desde el punto de vista camerístico). A un tempo insensatamente rápido el Rondo alla polaca, la batuta fue algo más marcial y bandística de lo conveniente.

Posdata: un joven buen amigo me dejó muy sorprendido al comentar a la salida algo así como que "Mime [por Schager] había estado muy bien". Gracia (que la tiene) aparte, me pregunto cuántos tenores wagnerianos ha escuchado en directo, además en versión de concierto (con la orquesta, por tanto, justo detrás de los cantantes, y no debajo de ellos; y además con un director poco cuidadoso en las dinámicas para con los cantantes); me temo que no los suficientes, y que el timbre de Schager tal vez le desconcertó. Pero yo creo que de Mime tiene bien poco: no solo los agudos de Schager son muy penetrantes; el centro y los graves son firmes y bien emitidos, y el color es casi heroico.

sábado, 10 de enero de 2015

Las 10 Sonatas para violín y piano de Beethoven por Isabelle Faust y Alexander Melnikov: otro chasco

 

Desconocía esta grabación (técnicamente excelente), que debió de publicar Harmonia Mundi en 2009 o 2010. Se trata de una violinista importante a la que -debo decirlo- le he oído pocas cosas que me hayan gustado mucho (sí algunas, sobre todo los dos grandes Tríos opp. 65 y 90 "Dumky" de Dvorák, junto a Melnikov y al cellista Jean-Guihen Queyras, H. Mundi 2004 y 2005; en el otro extremo, recuerdo con horror su Trío con trompa, op. 40 de Brahms) y de un pianista ciertamente brillante... en otros repertorios. Porque el siempre peligroso (por difícil) Beethoven se les escapa, en mi opinión, por completo en esta interpretación, que hace buena a otra que tampoco me gustó, la de Leonidas Kavakos y Enrico Pace (Decca 2013).

Faust se empeña en sonar sin vibración, en plan instrumento original, en las primeras Sonatas (lo que puede agradar a algunos, que así lo considerarán más auténtico, pero no desde luego a mí) y, a lo largo de toda la serie, casi siempre con un sonido restringido, pequeñito, canijo, a menudo blandito o evanescente y etéreo. Tiene también tendencia a la frivolidad y a lo insustancial: cualidades todas ellas poco o nada beethovenianas. Y además gusta de añadir en algunas frases (algo tan innecesario como inconveniente) adornos o minicadencias, incluso nada menos que en la Novena ("Kreutzer"). La bellísima, esquiva, Sonata No. 10, op. 96, quizá la cima de la serie, sale especialmente malparada, minimizada, lo mismo que la poética No. 5 ("Primavera"), que pierde gran parte de su belleza para resultar casi relamida.

Melnikov toca mejor que ella, pero su sonido, pulcro y nítido casi siempre (salvo en el primer movimiento de la "Kreutzer", no del todo bien tocado), percutivo y recortado, es también poco beethoveniano. Además es bastante soso y tendente a lo mecánico o al virtuosismo como fin en sí mismo (otra cosa también no por frecuente menos imperdonable en Beethoven).

O sea que, para mí, seguimos (¿y seguiremos?: me temo que sí) sin una sola integral verdaderamente grande de estas obras, máxime teniendo en cuenta que las tres más importantes (Menuhin/Kempff, DG 1970; Zukerman/Barenboim, EMI 1973; Perlman/Ashkenazy, Decca 1974-77) quedaron algo por debajo de las expectativas que justamente habían despertado.

miércoles, 7 de enero de 2015

Fin de la serie de las “Sinfonías de madurez” de Bruckner

 
    

El sello de DVDs/Blu-rays Accentus cierra, por fin, con el lanzamiento de la Novena el ciclo de las seis últimas Sinfonías de Bruckner por Barenboim y la Staatskapelle Berlin. Una vez visto y escuchado la conclusión es clara: un acontecimiento. El nivel es sostenidamente altísimo en las seis, si bien para mí la cumbre está quizá en la Octava, aparecida hace poco más de un mes. Como los precios de los discos son altos, recomiendo vivamente la compra no por separado, sino del álbum que contendrá las seis, que Accentus prometió editar, aunque no sabemos la fecha; tampoco el precio, pero seguro que la caja saldrá bastante más barata que la suma de los seis discos por separado.

Para quien tenga reproductor de blu-ray, no lo dude: la calidad técnica -imagen y sonido por igual- es absolutamente descomunal, de lo mejor de lo mejor que se haya escuchado en música orquestal. Los DVDs, aun siendo excelentes, no alcanzan -no pueden, técnicamente hablando- ese grado de fidelidad. Además, las realizaciones están cuidadísimas, atentas siempre las cámaras a los solos instrumentales y a las más interesantes indicaciones de la batuta, o mostrando oportunamente planos generales en muchos de los grandes clímax. Creo que es de justicia citar a los realizadores: en la Cuarta "Romántica" (20-VI-2010) es Andreas Morell, en la Quinta (día 21), Tilo Krause; en la Sexta (día 22), Henning Kasten; Elisabeth Malzer en la Séptima (día 25); de nuevo Andreas Morell en la Octava (día 26) y Enrique Sánchez Lansch en la Novena (día 27). En todas ellas figura el reputado Paul Smaczny como productor. En cuanto al ingeniero de sonido, es el bien conocido Toine Mertens, que suele lograr maravillas en los ya famosos Estudios Teldex de Berlín. (Como se ve, las seis Sinfonías fueron tocadas en ocho días, todo un tour de force para la orquesta, por lo que se turnaron muchos de los músicos, aunque no desde luego el director, que por si fuera poco delante de las Sinfonías -no de todas ellas- había tocado Conciertos para piano de Beethoven).

¿Y qué hay de la interpretación de esta Novena Sinfonía? Comparada con sus dos grabaciones (Chicago Symphony, DG 1976 y Berliner Philharmoniker, Teldec 1991), la de 2010 es la más consoladora y a la vez la más aterradora de las tres: ha ahondado en sus extremos, hasta el punto de que se la podía titular más claramente que nunca "Infierno y Paraíso". Hay en ella momentos de una dulzura infinita, muy a la Giulini (aunque ya se sabe que en su genial interpretación para DG con la Filarmónica de Viena, seguramente la más grande de la historia del disco, Giulini bucea a fondo en lo más tenebroso de esta Sinfonía) y otros absolutamente pavorosos. Es tremendamente emocionante, abrumadoramente caliente: Barenboim se entrega en cuerpo y alma, quemándose hasta las cejas, y las cámaras lo recogen con toda claridad. Pero no pierde en absoluto el autocontrol. El Scherzo es seguramente el más furioso que recuerdo. Por supuesto que esta Sinfonía puede hacerse de otros modos, pero la lógica de esta interpretación es aplastante. Es, como todas las de la serie, absolutamente diáfana -nunca, y no exagero, se han podido escuchar tantas cosas- y la variedad de acentos y la estratificación de las dinámicas parece no tener límites. La Orquesta, como en las restantes, está de escándalo. Menciones muy especiales para la flauta, el clarinete y, cómo no, la trompa principal.

POSDATA: en mi comentario del mes pasado sobre la Octava me refería a una joven trompista cuya actuación me había dejado boquiabierto. Pues bien, en los libretillos de las Sinfonías Sexta y Octava figura su nombre, pero tontamente no lo había visto, porque no viene entre las trompas, sino aparte, como "Solo Horn", y en la Novena la designa como "primera y tercera trompa": se trata de Patricia Gerstenberger y es, o, seguro, era, "member of the Orchestra Academy at the Staatskapelle Berlin" (por cierto, en el libretillo de la Cuarta Sinfonía no hay información sobre los instrumentistas intervinientes: a ella se la ve, pero no es solista). Pues insisto: esta chica es un auténtico portento. Como dice por ahí una crítica colgada en internet, cuando fue levantada por Barenboim, fue "furiosa, frenéticamente (wildly) aplaudida". Eso es lo que merece, y estoy seguro de que ya figura -por su sonoridad bella y riquísima, por su capacidad para el legato y para graduar las dinámicas- en la élite de los mejores trompas del mundo.

En los libretillos hay varios errores de bulto sobre las duraciones; he aquí las minutaciones reales de las interpretaciones (sin las pausas ni los aplausos):

4ª: 17'38+14'57+10'37+20'22
5ª: 19'32+14'22+13'07+23'08
6ª: 14'47+15'05+8'38+13'35
7ª: 20'30+21'25+10'17+13'06
8ª: 14'54+15'20+24'20+22'38
9ª: 24'27+10'25+24'23